martes, 1 de febrero de 2011

¿Recesión Ecónomica?


Mucho se habla día a día acerca de la recesión económica y como ha sacudido cada uno de los sectores económicos a nivel mundial así como también el bolsillo de la familia y su canasta familiar. Es más, hay personas que les encanta hablar de esto y siempre encuentran cualquier momento para extenderse en lamentos y hasta compiten entre sí por ver quién es el que está más jodido de todos, haciendo de “el quejido” el deporte nacional de los colombianos por excelencia. Solo basta con preguntarle a alguien “¿cómo estás?” para que las respuestas más comunes sean: “jodido pero contento”, “mal, pero tú no tienes la culpa”, “uff, si te contara”, “la misma barca atravesando el río” o “la vaina esta dura”. ¿Ha escuchado usted alguna de estas frases?, o peor aún ¿las ha pronunciado recientemente?

Pues bien, afortunadamente a mí aún no me ha tocado la tan mencionada crisis, y cuando me lanzan la misma pregunta (¿cómo estás?), mi amplia y contundente respuesta es:

Súper bien, imagínate que vendí mi apartamento y ahora vivo con mis suegros para promover la unión familiar, si vieras lo querida que es mi suegra. Ahora mi esposa y yo dormimos en el que era su habitación de soltera y esto nos hace sentir que estamos nuevamente en la etapa del noviazgo.

Cuando salimos a vacaciones no nos vamos en avión sino por carretera para conocer el magnífico paisaje de nuestra patria querida. Desde arriba lo único que se ve son nubes y agua, en cambio en un bus de Brasilia puedes vivir experiencias inolvidables que serán materia prima para contarle a tus hijos y nietos.

Ahora mi esposa y yo nos bañamos juntos, no por ahorrar dinero, ni mucho menos, la pareja que se baña unida permanece unida. Yo lo disfruto mucho y de paso elevo una plegaria para que se le caiga el jabón cada vez que estamos en la ducha.

Ya no vamos a discotecas a rumbear, le he cogido fobia a los tumultos, el whiskey me hace daño y el alto volumen de estos sitios estuvo a punto de reventarme los tímpanos, ahora preferimos prender la radio en la emisora Olímpica Estéreo en la sala de la casa (de mis suegros), con volumen moderado que promueve la conversación entre los dos, y como lo dicen los sicólogos, el diálogo es la base de toda relación.

Mi esposa aún sigue en el “consumismo”, ella sigue con su mismo pantalón del año pasado, con sus mismos interiores y con sus mismos zapatos, pero ¿quién me puede refutar que la comodidad de unos tenis viejos es mil veces mejor que cualquier modelo nuevo?

Mi celular sigue siendo un Nokia 1100, el popular “flecha” (cualquier indio lo tiene) y me siento afortunado de no ser partícipe del club de zombis dueños de la Blackberry que no dejan de enviar mensajes y reírse cual autómatas en todos los rincones a nivel mundial.

Hace dos meses me retiré del gimnasio, el estar encerrado en cuatro paredes me daba claustrofobia y los espejos me estaban acomplejando, ahora asisto al parque de mi barrio, troto, hago barras y una que otra abdominal en compañía de un grupo de ancianitos que tienen el club de la salud, disfruto del aire libre, la vegetación y no necesito comprar Gatorade porque el humo que sale de entro los matorrales y el cual aspiro me sirven como energizante.

Ya no encendemos ninguna bombilla de noche, ahora estamos a la luz de unas románticas velas y de paso contribuimos a frenar el calentamiento global de nuestro acaecido planeta.

A mi esposa no la botaron de la empresa donde laboraba como a miles de colombianos todos los días. Ella renunció voluntariamente para ayudarme en mi pequeño negocio y dedicarse al hogar. Ya te podrás imaginar la dicha que siento al tenerla a mi lado las 24 horas del día los 365 días del año, ¡soy tan afortunado! Es bien sabido que desde que la mujer salió a trabajar los roles de la familia se perdieron y la sociedad se destruyó.

Ya no voy al cine, las películas en 3D me dan mareo y generalmente terminaba roncando. También cancele el Tv cable. ¿Qué tienen esos 118 canales que no tengan RCN, Caracol, Señal Colombia y el mejor de todos, Telecaribe, nuestro canal? Hoy día prefiero disfrutar levantándome con el ánimo y energía del padre Chucho, el humor de Jota Mario Valencia y ver los deportes con el futuro técnico del Real Madrid, el todo poderoso de Carlos Antonio Velez.

A nuestros hijos los cambiamos del colegio bilingüe, calendario B, a uno del gobierno. Nos dimos cuenta que la formación y los valores son mucho más importantes que hablar varios idiomas. ¿No has visto lo pedantes que pueden llegar a ser esos niños estrato diez que se creen los reyes del universo?

Vendí todas mis joyas, porque me aburrí de ellas y de la inseguridad de mi ciudad. Ahora camino tranquilo con mi reloj QyQ de $10.000, si vieras lo bueno que me ha salido, hasta me meto al mar con él y no le pasa nada. En el cuello ya no tengo una cadena de oro, ahora luzco orgulloso un rosario de madera que me regaló mi madre y que me protege de todo mal a donde voy.

Ya no hago la compra en Pomona ni en Carulla, ahora voy al Mercado y puedo escoger las frutas y verduras recién salidas de la madre tierra. Lo mejor de todo es que ya no voy cada quince días a hacer el mercado porque ahora me rinde hasta dos meses. Ya estoy a punto de volverme vegetariano, miles de estudios han comprobado que las carnes rojas aumentan el riesgo de contraer cáncer y he desarrollado una grave alergia a los mariscos, así que la única carne que consumo una vez al mes es carne de la cara, si, de la cara de la vaca.

Pues sí, como te venía diciendo, ¿crisis yo?, ¡no para nada!

Los dejo con la definición de crisis según Albert Einstein: “No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis, es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

Antonio Javier Guzmán P.
ajguz@yahoo.com