Ayer al abrir el periódico El Heraldo y leer uno de sus titulares deportivos, por poco y me desmayo de la ira: “Viáfara se va del Junior”.  La noticia me dejó devastado. ¿Cómo es posible que nuestro equipo se  deshaga de semejante figurita?, justo ahora que su camiseta se vende a  la par que la de Cristiano Ronaldo y Leo Messi. Yo compré la mía en la  calle 72 con 46, con su número 19 estampado con gutapercha y el  “Byafara” en la espalda. El que me la vendió me aseguró que era la  original y que los nombres y apellidos no tienen ortografía. Esa es la  sabiduría callejera.
Al parecer los directivos, cuerpo  técnico y parte de la hinchada no estaban conformes con su rendimiento y  lo tildaban de “paquete chileno” y “pata dura”. ¡Pueblo ingrato y sin  memoria!, ¿no recuerdan que gracias a este magnífico y versátil volante,  obtuvimos la sexta estrella en la final del segundo semestre del 2010?   Es cierto, aún jugaba para La Equidad, pero desde ese momento mostró  sus ansias de jugar con el equipo tiburón; en esa final en el estadio  Metropolitano, dos de los tres goles del Junior pasaron por sus pies en  una asociación perfecta con Carlos Bacca. En el primero de ellos recibió  el esférico en el área y se la entregó al goleador como con la mano,  diciéndole “toma, métela”  (ver video del gol).  Eso es personalidad, fundamento futbolístico, berraquera y amor a la  camiseta. Por si fuera poco, en las postrimerías del partido cuando el  marcador estaba 2 a 1 a favor de Junior y, este necesitaba otro gol, se  inventó una nueva jugada que fue capitalizada de carambola  por Bacca   (ver video del gol).  Ese día el goleador porteño se llevó los aplausos, pero sólo los que  conocemos de fútbol sabemos quién fue el héroe de la noche.
Su esfuerzo y vitrina en la final dieron  frutos y al semestre siguiente fue contratado para engrosar las listas  del equipo rojiblanco, donde tuvo la oportunidad de desplegar su juego  limpio, impecable y elegante. Lamentablemente para el equipo y toda su  afición, en un partido de la Copa Libertadores se lesionó en una jugada  fortuita y no pudimos seguir deleitándonos con su magistral juego.  Maldito destino que lo alejó de las canchas por un tiempo.
Como fiel amigo y camarada, esa sociedad  que inició con Carlos Bacca se extendió fuera de las canchas y pasó al  plano de la carnavalesca farándula barranquillera. No todo tiene que ser  trabajo duro como lo quiere el nuevo técnico, esos pobres muchachos  necesitan espacios de esparcimiento, tal como lo promueve la Fundación  Colombiana de Tiempo Libre y Recreación (FUNLIBRE). He ahí a un jugador  optimista que pese a que su equipo realizó una de las peores campañas de  su historia no se quedó llorando sobre mojado sino que invitó a sus  amigos a celebrar el primer cumpleaños de la sexta estrella. No lo mal  interpreten. Eso es positivismo, deseos de superación, trabajar por  alcanzar al triunfo, eso es superación personal.
Su pronta partida empezó con una  jugada  equivocada fuera de las canchas, el volante pensó que las reglas sólo  son para las personas del común y no para las estrellas y personas  grandes en Colombia. Todo por culpa de ese vil policía que no le gusta  el fútbol y no sabía hasta ese entonces, quién era Viáfara. Ese policía  que le tocó dejar a su linda esposa sola en casa para oler alientos  etílicos toda la noche, se ensañó con el pobre jugador, quien se había  tomado sólo dos botellitas de whiskey y manejaba su carro en estado de  embriaguez.
Pese a lo anterior, la grandeza de este  jugador se vio hasta en el momento más amargo de su vida, mostrando un  comportamiento digno de la madre Teresa de Calcuta, cuando le dice al  agente que lo detuvo: “…llévate ese carro, en mi casa tengo tres más  papito”  (ver video).  ¡Qué humidad Jhon!, se me aguaron los ojos al ver semejante injusticia  en contra tuya. Por su parte Bacca se lavó las manos como Poncio Pilatos  y decía “…yo no tengo nada que ver en esto”. Eso es falta de lealtad a  un amigo, que rápido se le olvidó quien le sirvió en bandeja de plata  los goles que le ayudaron a ser goleador hace un año y quien lo invitó a  su ultima farra con todos los gastos pagos.
¿Ahora quién sacará a pasear a Bacca?,  ya se llevaron a Haydar Palacios quien lo llevaba de gira por toda  Barranquilla para las inauguraciones de los Pick up donde ambos creaban  palomitas que luego ejecutaban en los partidos con maestría. Los  directivos del equipo deberían darse cuenta cuales son las motivaciones  reales de sus jugadores y no gastar el presupuesto en bonos para  supermercados o cursos de cocina para las esposas o días de sol en  Sabanilla. Yo estaría pensando en contratar al Tino Asprilla para que  haga una nueva sociedad con Bacca. Ya me los imagino los domingos  haciendo goles y al día siguiente en las playas del Country echando  plomo y “mamando” whiskey con unas inocentes y hermosas prepago.
Con la llegada del nuevo técnico se le complicaron las cosas a nuestro crack, quien de inmediato declaró: “Costará adaptarse al estilo de Pinto”,  y ahora fuera del equipo sí que le va a costar mucho más acomodarse. En  varias declaraciones a los medios de comunicación manifestó que es un  ganador y eso lo dejó demostrado en los seis meses que jugó en el  Junior. Se ganó una tarjeta amarilla, una roja, una sanción por manejar  en estado embriaguez, dos años de suspensión de su licencia de conducir,  40 horas de clases sobre el uso y abuso de sustancias como el alcohol y  una multa de 45 días de salario. ¡Qué grande y triunfador eres Viáfara!
Después de la primera práctica con el  nuevo técnico del Junior, sacó pecho ante la prensa diciendo “de que”  estaba muy contento porque no pasó desapercibido en ningún aeropuerto y  se dio cuenta “de que” es una persona grande en el país y “de que” todo  el mundo está pendiente de lo que hace y de sus “esitos” (ver video).  ¿Cómo podría pasar desapercibida una persona con ese porte, ese perfil  griego y esa manera tan culta de expresarse? Si me lo encontrara en la  calle, también le pediría una foto para mostrársela a mi hijos cuando no  quieran hacer caso, y de esta forma intimidarlos y asustarlos con el  coco. Definitivamente no sólo eres grande, eres un grandísimo…
Si en mis manos estuviera la decisión de  renovarle o no el contrato, le daría otra oportunidad. Esta vez no de  volante sino de portero, pero no reemplazando a Viera sino de portero de  la sede del Junior. Lo imagino con su 1,83m de presencia, luciendo el   uniforme de celador y demostrando su carácter con bolillo en mano para  impedir la entrada de indeseables periodistas o hinchas furibundos.
¿Cuál será su futuro?, no lo sabemos,  pero la hinchada que lo aclama sabe que llegará lejos, ojalá lo más  lejos posible de Barranquilla. Me enteré de muy buena fuente que en el  fútbol afgano están buscando nuevas estrellas que literalmente den la  vida por su equipo. Allá hasta le ofrecerían una licencia de conducción  V.I.P. para que maneje ebrio sus cuatro carros o se compre un tanque de  guerra si lo desea y la afición si sabría valorarlo como se merece.
En el ámbito local, su nombre está  sonando para el Deportivo Pereira donde podría hacer una dupla perfecta  con Luis Moreno, alias “mata lechuza”, y entre los dos podrán aniquilar a  sus rivales o por lo menos matarlos del susto evitando así el descenso  inminente del equipo pereirano. Ese onceno si agradecería su presencia,  no como en el Junior que reniegan de sus bondades.
A los directivos del Junior no les  tembló la mano para aceptarle la renuncia pero a mí como hincha del  equipo barranquillero y amante del fútbol exquisito se me parte el alma  al verlo partir, por eso escribo estas líneas como un pequeño homenaje  de despedida a ese ídolo nacional. Sólo me reconforta saber que su  aporte es mayor estando fuera del equipo que dentro de el y le pido a  Dios que si Junior llega a otra final, Viáfara esté en el equipo rival  aportando su granito de arena para la séptima estrella.
Jhon, te lo pido por lo que más quieras, ¡no te vayas… a quedar!
