martes, 4 de noviembre de 2014

Homenaje a Luis Quiñónes



Me había prometido no escribir más homenajes a jugadores del Junior, lo juro que si. No me fue fácil lidiar con hinchas retrógrados que se oponen a que uno enaltezca tan extraordinaria labor plasmada por grandes estrellas en nuestro amado equipo tiburón, como lo hicieron en su momento el maestro John Viáfara (lea su homenaje aquí) o  el más reciente caso del crac Edison Toloza. (lea Toloza a la selección)
 
Pero mi promesa llegó a su fin con todos los méritos realizados a punta de sudor etílico por parte del jugador Luis Quiñónez. Sin embargo, antes de decidirme quise buscar algún patrocinio para no estar solo en este duro batallar por darle a nuestro delantero los respetos que se merece. De inmediato empresas reconocidas como Buchanan´s y la discoteca Díscolo salieron al ruedo en pro de su defensa y antes de su partida le brindarán una sentida despedida a quien en los últimos meses era su mejor cliente. Si uno lee el significado de “díscolo” en el diccionario de la Real Academia se dará cuenta de que nada define mejor a Luis Quiñónes y él, como todo un tipo consecuente con sus actos se llevó el premio al mejor representante del famoso lugar.
 
Que pesar de todas esas niñas sedientas de amor y unos billetes morados que dejará su Lucho regadas por doquier como huella indeleble de su paso por el Junior. Y es que su porte da para eso y mucho más, solo es verlo caminar y uno sabe que el tipo está para grandes cosas. Su paso por el Junior no fue fácil, pero es que hay que ver lo duro que se la pusieron: entrenamientos a las 9 de la madrugada, hacer rumbas a menos de 90 decibeles y tener dos dedos de frente para publicar en las redes sociales. Eso no se hace, gente implacable y sin corazón. Eso es como pedirle peras a la cañandonga.
 
A propósito de las redes sociales, nuestro ídolo figura con un record difícil de igualar, ser el único tipo que ni las fotos de Instagram logran cambiarlo. El tipo es feo y en su cuenta es fiel a sus principios, es decir, sigue siendo feo. Algo difícil de igualar conociendo las bondades de los filtros de esta famosa red.
 
Hablando de Instagram, allí él es toda una celebridad. Basta con ver su foto de perfil y se dará uno cuenta de la pinta de intelectual. Con sus gafas luce una mezcla entre Austin Powers criollo y Mike Tyson con desnutrición severa y recién ingresando a Hogares CREA. Cabe resaltar que si uno busca su usuario lo encuentra como siempre estuvo en Barranquilla, privado.
 
Ahí (en Instagram) ha desparramado todo su intelecto con mensajes como “El día que los chismosos paguen mis facturas, compren mi comida, me vistan de pies a cabeza y se encarguen de todos mis gastos… ese día empezara a preocuparme lo que piensen o digan de mi”. Frase de sabio, ¿quién sería capaz de pagar sus rumbas, su ropa de reguetonero en decadencia  y la reconstrucción de cara? (afortunadamente, el trasplante de neuronas aun no lo inventan).
 
En su más reciente mensaje puso una foto celebrando uno de los dos goles que le convirtió al Junior en el triunfo del Itagüí diciendo “se acuerdan del 4-0?”. Claro, como no se van a acordar los 17 hinchas que ese día llenaron las graderías del majestuoso estadio que servía de sede para ese equipo que ha hecho historia en el fútbol colombiano.
 
Dicen las malas lenguas que se va para el DIM, pero yo desearía que se fuese a un equipo más grande y de su altura. Tal vez a River Plate, donde su coterráneo Teófilo Gutiérrez lo pueda recibir con un sancocho, sino Valluno al menos de nudillos que es lo que se merece. Pero estoy seguro de que en Medellín desplegará todo su armamento y con su tesón podrá llegar a ser líder, tal vez no de la tabla de goleadores pero si de la Comuna 13.
 
Nadie sabe cuál será su futuro, quizás algún día regresará al Metropolitano y todos corearemos su nombre a todo pulmón. Mientras tanto y como un pequeño homenaje a quien tanto le dio al Junior, para no olvidarlo jamás, los hinchas del equipo tiburón lo recordaremos con una frase que se volverá popular. Así que cada vez que el sol y el clima en Barranquilla sean implacables diremos secándonos el sudor de nuestra frente y con mucho sentimiento: ¡Que calor tan Luis Quiñónes!