La primera barrera que tuve fue no saber a quién responderle, si al estúpido personaje ficticio con nombre de mamerto y apellido de enfermedad dermatológica del cuero cabelludo (Godofredo Cínico Caspa), o al cínico escritor con cara de payaso de circo pobre (igualito a Krusty el de los Simpson) que se escuda en un ser inventado y muerto hace muchos años para sacar al aire todo su fascismo y sentimientos de inferioridad hacia el mejor exponente de la música tropical de Colombia.
Al final me decidí por contestarle al escritor Antonio Morales Riveira. Prefiero hablarle a alguien de carne y hueso sin importar su patética manera de pensar, que a un personaje que solo existe en la infinita mente canalla de su creador.
Confieso que tuve muchas ganas de explayarme contra usted, señor Morales, en improperios del más grueso calibre dándole rienda suelta a mi nutrido dialecto soez caribeño, pero de eso creo que ya recibió su buena dosis, al igual que su madre a quien no para de zumbarle la oreja.
Inicialmente quiero dejarle claro que no tuve la fortuna de ser de la imponente y pura raza negra, como usted pertenezco a una desgraciada mezcla de etnias que nos han convertido en todo unos debiluchos sin identidad. Si usted cree tener algo de vikingo sólo será por la violencia de su pluma porque por sus venas ya no corre sangre de linaje alguno sino una mezcla de un potaje venenoso de alacrán cruzado con cobra.
No sé de donde proviene su aberración hacia los negros, pero según los estudiosos de la Sicología las personas que atacan a alguien lo hacen para escudarse de sus propias falencias, y si bien es sabido que la raza negra es de las mejores dotadas con su miembro viril, ya puedo imaginarme lo tacaño que debió ser Dios con usted.
El género de la ironía fue creado para criticar a un personaje, sus ideas y comportamientos y que el lector entienda lo contrario a lo planteado. Si este fue el género que usted intentó utilizar para homenajear al más grande artista que ha parido Colombia le puedo asegurar que el tiro le salió por la culata porque lo único que logró fue deshonrar la memoria del Joe, su familia, sus seguidores y toda la raza negra. No es lo mismo escuchar a Godofredo hablar “bellezas” de Álvaro Uribe que leer semejante diatriba contra el Joe.
Concuerdo con usted cuando dice que los medios de comunicación gozan con este tipo de noticias buscando un mayor rating, pero su obtusa y limitada inteligencia no le bastó para saborearse con una columna de iguales características, donde no se aprecia homenaje alguno al Joe pero si generar polémica y división en un país que está plagado de guerras de todo tipo. Es entendible que un escritor en decadencia como usted, emplee estas artimañas para ganar popularidad, así que lo felicito señor Morales, consiguió usted su objetivo y hoy día se habla mucho de usted y de su señora progenitora en toda Colombia.
Es increíble e inaudito que en pleno siglo XXI existan personas que se hacen llamar intelectuales y sean capaces de escribir babosadas en busca de tres pesos de popularidad con el mismo fundamento loco de Don Quijote que decía “que hablen de mí, aunque sea mal”.
No se trata solamente de entender la ironía y el sarcasmo como usted pretende en su reciente artículo “Pienso todo lo contrario a Godofredo” en el que se desparramó en ofender la poca capacidad de entender que tenemos los colombianos. Si tanto nos conoce, ¿por qué razón no se guardó su verborrea empleada contra el Joe para la exclusividad de intelectos superiores y escasos como el suyo o como la gran mayoría de payasos y lambones lectores que por decir que si entendieron el propósito del escrito se sienten toda una lumbrera?
Pero para eso se necesita más que entender los términos “ironía y sarcasmo”, hace falta algo que se llama “tacto”, y me imagino que lo único que usted conoce de esta palabra es el tacto que el Proctólogo le realiza y usted espera con ansias.
Tacto es saber que el cuerpo de Joe aún se encontraba tibio en su tumba, tacto es saber que su personaje Godofredo Cínico Caspa murió hace 14 años con el asesinato de Jaime Garzón así usted sea el cerebro e inventor del mismo y que usted lo revivió justo en el momento menos indicado. Tacto es darse cuenta que el personaje creado se caracterizó por tener una filosofía conservadora, elitista, déspota y de ultraderecha utilizando la sátira como argumento para criticar nuestra clase política pero jamás de una forma tan racista e hiriente como en está ocasión y con una sevicia descarada. Tacto es entender que una cosa es el sarcasmo oral ejecutado magistralmente por Garzón y otra totalmente diferente es el sarcasmo escrito por su frialdad. Tacto es saber que la mayoría de las personas que lo leyeron nunca conocieron ni conocerán a Godofredo Cínico Caspa y que por lo tanto no podrían entender el propósito de su columna. No señor Morales, usted de eso no conoce nada.
Me gustaría verle a usted festejando y apoyando a Godofredo si hiciera un artículo semejante al suyo tras la muerte de un familiar o ser querido (si los tiene). Dudo mucho que le pareciera gracioso, porque aunque su razón y elevado coeficiente intelectual le diga que el texto es “humor negro e irónico” su parte sensible (si la tiene), no la aceptaría.
¿Por qué no mejor hacerle un homenaje al Joe, su amigo, de una manera clara y directa, destacando su ingenio, su carisma, su autenticidad y todo el legado musical que nos dejó su Joeson? No, imposible, de eso ya han hablado muchos y no genera polémica y ventas que es lo que usted persigue.
En cuanto a la racha de agresiones, amenazas y groserías suscitadas por el texto en contra suya no se preocupe, creo que han sido mal interpretadas por usted y cada una de ellas piensa absolutamente lo contrario a lo que expresan, y de alguna manera lo dignifican, lo exaltan y le rinden un merecido homenaje.
Señor Morales, que Dios lo llene de muchas bendiciones a usted y se lo triplique a su queridísima señora madre.
Saludos a Godofredo,