jueves, 17 de marzo de 2016

Raid Verde


Se acercaba el 24 de diciembre y con ello la compra del niño Dios para mi hijo Lucas. Entre el trabajo, las reuniones familiares, la novena y el ocio había olvidado por completo su regalo de navidad. Me acerqué a él y le pregunté rápidamente –hijo, ¿qué quieres que te traiga el niño Dios?-, ni corto ni perezoso me contestó al segundo una retahíla de juguetes con nombres raros y desconocidos para mí, pero al final y dándole mayor énfasis al asunto me dijo con su particular forma de hablar –lo que más quiero es un muñeco de Raid Verde, ¿si sabes cuáles son?- Yo le contesté automáticamente que si pero la verdad no tenía ni idea de cuál era ese muñeco de Raid Verde al que se refería, pero me dije –eso en las tiendas de juguetes deben saber cuál es- y me fui raudo a realizar la respectiva compra.

Uno a uno visité todos los lugares especializados en juguetes infantiles y la respuesta en cada uno de ellos fue negativa, tampoco nadie sabía del muñeco ese que quería mi hijo con tanta devoción. –Debe ser que era el juguete más popular de la temporada y se agotó velozmente- me dije tratando de justificar mi descuido.

De repente se me ocurrió una gran idea, acudí al todo poderoso y sabio Google para averiguar quién era el mencionado artefacto. Digité Raid verde en la barra exploradora y me salieron cientos de imágenes de un insecticida. -¡Mierda!, de todo me esperaba menos esto- pensé al instante. –Debe ser que dicha marca creó alguna especie de supe héroe que mata insectos en todos los planetas y ahora éste es la sensación entre los niños de la edad de mi hijo.

Me fui a SAO del Portal del Prado directo a la sección de insecticidas y allí efectivamente encontré un Raid Verde, pero no había ningún muñeco con él. Desesperado y sin saber qué hacer tomé uno de los frascos y lo mandé a envolver en papel de regalo.

El 25 en la mañana mi hijo se levantó bien temprano a abrir sus regalos. Los que eran ropa y zapatos los desechaba al instante al igual que carritos y balones. Finalmente llegó a lo que estaba buscando y lo abrió rompiendo su envoltura en un santiamén. Al abrirlo su cara de asombro y confusión no se hicieron esperar y hablando en tono alto y enérgico me dijo –papá, ¿qué es esto?- De inmediato le respondí tratando de solventar la situación –mijo, el niño Dios no pudo conseguir tu muñeco de Raid Verde pero te trajo el recipiente para que tu acabes con todos los insectos de tu casa- El llanto de mi hijo salió a flor de piel y esta vez gritándome me alegó –yo no pedí eso, yo pedí fue un muñeco de Raid Verde- y se fue corriendo a su cuarto. Mi esposa me veía con cara de decepción mientras yo no sabía que hacer ni que decir.

De repente mi hijo entró con una calcomanía en la mano y me dijo –éste es el muñeco que yo quería, no la cosa esa que me trajo el niño Dios-. Al ver la imagen impresa en la calcomanía me arrepentí de no estar al tanto de las tendencias televisivas y mucho más de sentir una severa aversión por la película de Star Wars. Resultó ser que el muñeco que quería mi hijo y que por su corta edad no sabía pronuncia era nadie más y nadie menos que el famoso Darth Vader.

Ahora estoy viendo como soluciono semejante embarrada.

@ajguzman