jueves, 17 de marzo de 2016

El vaso de Navidad


Sobra decir que a mi hijo Lucas le encanta la Navidad como a cualquier otro niño. La decoración, el arbolito, el pesebre, las novenas y por supuesto los regalos lo llenan de alegría por ésta época del año. Ayer, mientras cenábamos en la casa, me pidió un vaso de agua y cuando se lo iba a servir agregó enfáticamente –me lo das en el vaso de Navidad por favor-. Aproveché el momento para decirle que al día siguiente (7 de enero) con la llegada de los reyes magos se acababa la Navidad y con ello quitaríamos toda la decoración de nuestro apartamento y volvería a tomar agua en su tradicional vaso del hombre Araña.

Molesto con lo que le acababa de anunciar mi hijo no dudó un segundo para decirme con esa seguridad que tiene al sustentar una idea –papá, ¿y qué tal si dejamos la navidad todo el año?, así yo podría tomar siempre en mi vaso.- Al principio me reí en su cara por su inocencia pero de inmediato me puse a pensar y me dije –el significado de la Navidad es el nacimiento de Jesús en nuestros corazones, y en ésta época todos tratamos de ser más amables, generosos, nos reunimos en familia, con amigos y en términos generales estamos llenos de alegría. ¿Qué tal, si como dice mi hijo, permanecemos con ese espíritu, mucho más allá de las compras, los regalos, los viajes y la ropa costosa y en cambio seguimos siendo bondadosos, tolerantes, generosos, sonrientes y en fin, vivir todo el año con la llama del amor encendida en aras de un mundo más armonioso?

Pensándolo bien, la idea de mi hijo no es tan descabellada, lo dejaré seguir usando su vaso de Navidad.

@ajguzman