martes, 15 de septiembre de 2015

Me gusta



Me Gusta

Hace un par de semanas entré a Citibank (no a sacar plata, a cubrir un sobregiro) y me encontré con una amiga que hace años no veía. Al verme, con su cara iluminada me dijo –oye, me encanta lo que escribes, lo primero que hago al entrar a Facebook es leerte porque me gusta tu forma de decir las cosas y me haces reír-. Su comentario me sorprendió porque ni siquiera sabía que la tenía a ella añadida como amiga en esa red social. Nunca, o al menos eso es lo que recuerdo, había recibido de ella un Like, pero sus palabras fueron más halagadoras y cálidas que un simple toque a una manito con el dedo arriba. 

Dicha experiencia la comparo con otra parecida en la que alguien al verme me dijo sacando pecho y con orgullo –yo le pongo like a todo lo que tu escribes- como si con eso le debiera un favor o si estuviera contribuyendo a la cura contra el cáncer. También están los casos de los que ponen me gusta a todo pero que al verte en la calle te evaden con tal de no darte el saludo.

El Like está sobrevalorado y creo que ha sido uno de los peores inventos en toda la existencia del ser humano. Y en la búsqueda de obtenerlos, la mayoría caemos en cosas tan banales y huecas que nos mantienen en un sinsentido continuo. No interesa qué hacemos (posar lo que no somos, mostrar las tetas, salir en calzoncillos, publicar frases copiadas o idioteces auténticas), lo realmente importante es recibir un Like de alguien que en muchos casos no sabremos qué quiso decir con presionar tan nefasto y confuso botón. 

Muchas veces he posteado alguna de mis notas y he recibido un Like en menos de cinco segundos. ¿Cómo carajos lee uno una página en ese tiempo y le dice al otro que le gustó? Me tildarán de chapado a la antigua, pero yo sigo prefiriendo una llamada, un abrazo, un estrechón de manos, una picada de ojo (no en emoticón). 

Ahora bien, no puedo declararme inmune a sentir una satisfacción al ver el mundito en la parte superior derecha de mi pantalla con una notificación en rojo, y hasta debo aceptar que en muchos casos he sentido algo de ansiedad por saber quiénes y cuántos Likes he recibido (esa ha sido una de las razones por las que he dejado de escribir con frecuencia). Tampoco estoy diciendo que dar Like sea malo, ni mucho menos, pero si creo que debemos revaluarnos el hecho de que estemos desplazando el contacto físico a un segundo, tercer o último plano.

La próxima vez que te guste alguna publicación de quien sea (asumo que si está en tu lista es amigo tuyo) en vez de darle un Like, hagas lo posible por acercarte a él o ella y házselo saber con un dedo arriba, pero con tu mano propia y el dedo pulgar bien arriba. Si está muy lejos y no puedes llegar, simplemente toma el teléfono y dile cuanto te agrada tener noticias suyas. Si ninguna de las dos te viene bien escríbele un mensaje privado a su inbox, o a su correo, o por Whatsapp, cualquier forma que sea más personal y menos del montón.

Les aseguro que no hay un mejor “Me gusta” que alguna de esas opciones. ¡A ponerlas en práctica!

Antonio Javier Guzmán P.

@ajguzman