De un lado está el que muchos llaman (me incluyo) el más grande de todos los tiempos, con 16 Grand Slam en su haber y muchos registros hechos trizas gracias a su destreza, inteligencia y contundencia para vencer a sus contrincantes a lo largo de su exitosa carrera con la elegancia que sólo el le aplica al tenis y quien además cuenta con uno de los records más asombrosos de este deporte, al llegar a 23 semifinales consecutivas de Grand Slam y 27 en cuartos de final, eso es una hazaña difícil de igualar y peor aún de superar. Por el otro lado, está el actual número uno del mundo y cinco veces campeón de Roland Garros, amo y señor del polvo de ladrillo en los últimos seis años y poseedor de una fuerza mental inquebrantable y un estado físico insuperable.
A Roger Federer muchos lo dan como acabado y a punto del retiro desde hace dos años; veamos cuál ha sido el desempeño del suizo en esos dos años: tres títulos de Grand Slam (Roland Garros, Wimbledon y Australian Open), final y semis en U.S. Open y Australia, varios títulos y finales de Master Series y campeón de una copa Masters. Si eso es estar acabado cuanto desearía yo estar tan acabado como él, sino que lo diga cualquier tenista a nivel mundial que lucha por llegar al menos a una final de cualquier campeonato en toda su carrera. Es claro que no es el mismo Federer que arrasaba a sus rivales sin despeinarse ni sudar, que ganaba hasta 12 títulos por temporada y que sólo perdía tres partidos en el año. Hoy día tiene que sudar la gota gorda y sus contrincantes saben que se le puede ganar, pero de ahí a decir que está acabado eso se llama no saber de este deporte y sobre todo subestimar las habilidades de este gran jugador. Este domingo jugará la final luego de vencer en un vibrante partido y parar la racha de 43 victorias seguidas del serbio Novak Djokovic.
Ahora bien, ¿Qué necesita Roger Federer para vencer a su némesis Rafael Nadal en París? donde ya ha sido superado en cuatro oportunidades (una semis en 2005 y las finales de 2006-07-08) por el manacorí. Aquí les presento mi análisis.
Primero parto del favoritismo que tiene Nadal. Este lleva un récord positivo contra el suizo de 16 victorias (5 en finales de GS) por 8 derrotas (2 en finales de GS). Es por eso que creo que lo más importante para que Federer gane por encima de todo es que Nadal no esté en un buen día, cosa que no suena tan descabellada ya que a pesar de estar en la final hemos visto en sus anteriores partidos que no está en su mejor nivel y ha tenido que sufrir mucho para llegar a esta instancia.
Acerca del juego del suizo, lo primero que necesita es concretar un alto porcentaje de primeros servicios, por encima del 65% garantizará errores forzados por parte de Nadal y devoluciones cortas para definir el punto a placer. Con una concreción inferior a esta cifra los puntos a jugar serán más largos y en la batalla desde la línea de base es casi imposible vencer al español por su férrea defensa.
Dando por hecho que Federer mantenga su servicio, el paso siguiente para obtener el triunfo es atacarle el servicio a Nadal, sobre todo el segundo que tiende a ser con más colocación que potencia, tal como lo supo hacer el americano John Isner en la primera ronda del torneo, quien puso entre las cuerdas al ibérico llevándolo a cinco sets.
El “Rafa” sabe perfectamente cuál es el punto débil de Roger. En todos sus enfrentamientos se le ve atacar con insistencia hacia el revés del suizo, sus tiros de drive cruzado con mucho top spin le dan a la bola un pique alto en el momento del impacto lo que hace que Federer acumule “errores no forzados” de revés. Es decir, para que Roger le gane a Rafa debe hacerlo con su “peor” golpe. Aquí me atrevo a sugerir que Roger varie su revés a una mano, unas veces haciendo swing y otras tantas con slice rasante para forzar errores y golpes cortos por parte de Nadal para que terminen capitalizados por la perfección suiza.
Nos hemos dado cuenta que a Rafa no se le gana golpeándole fuerte y haciéndolo correr por toda la cancha con la idea de cansarlo, porque posee un desplazamiento en tierra como ningún otro y un pulmón extra que le permite jugar al máximo nivel por cinco sets seguidos sin mostrar síntoma de cansancio alguno. Entonces la tarea en ese aspecto es tener el control de cada punto y cortarle el ritmo variando su juego con drop shots, slice, ataques en la red, juego de fondo y todo el repertorio que sólo el suizo posee en su arsenal y el mismo que utilizó para sacar de casillas a "Nole" en la semifinal del día viernes.
Otro punto muy importante a tener en cuenta por parte de Federer es aprovechar las oportunidades que tenga de quebrar el servicio de Nadal. Revisando las estadísticas de los encuentros anteriores entre ambos, encontramos un porcentaje muy bajo de efectividad del primero, a veces hasta desaprovechando más de diez intentos sin conseguirlo.
Cuando el “expreso suizo” empieza jugando bien, su confianza aumenta y luego no hay quien lo detenga, de igual forma cuando arranca con su pie izquierdo contra Nadal de inmediato todos los fantasmas del pasado lo acechan y es difícil remontarse en el marcador. Por consiguiente, el ganar el primer set para Roger tendrá el doble de valor teniendo claro que para Nadal el partido no acabará hasta que le dé la mano a su rival y correrá hasta la última bola sin importar cual sea el marcador.
Si el suizo llegase a mejorar estos aspectos podría sacarse la espinita que tiene clavada por Nadal desde hace años. Ahora bien, todo esto suena fácil y una cosa es decirlo y estoy seguro que Federer tiene claro todos estos puntos, pero otra totalmente diferente es poder lograrlo, pero si existe alguien que pueda vencer a Rafael Nadal en esta superficie, este se llama Roger Federer.
Si nada de eso le funciona y el marcador se torna cuesta arriba, sólo le quedará recurrir a otras estrategias de juego, por ejemplo en un cambio de lado patearle a Nadal las botellitas que tanto tiempo le toma para alinearlas y de esta forma mermar su concentración o contratar a unos secuaces que secuestren por unas horas al tío Tony, para así desestabilizar emocionalmente a Rafa.
La mesa está servida, sea cual sea el resultado, el espectáculo está garantizado y los espectadores seremos los más beneficiados en este duelo épico.
¡Que gane el mejor, que gane Roger Federer!
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